Contracción muscular






                                                                                                                                                                                                                                             
Nos situamos: tenemos un músculo al que llega una terminación nerviosa: 
a esa zona la llamamos placa motora.










 La fibra muscular está rodeada por una membrana que tiene un potencial eléctrico determinado.
En esa membrana hay unos canales que se abren y se cierran cuando cambia el potencial eléctrico de la misma.
Dentro de la fibra muscular hay un "almacén" de calcio, que se llama retículo sarcoplásmico.
Además, dentro de la fibra muscular hay fibrillas de actina y miosina, que están dispuestas de tal manera que el deslizamiento de una sobre otra hace que el músculo se contraiga. Para que la actina y la miosina puedan deslizarse necesitan calcio y una molécula de energía llamada ATP.


A grandes rasgos: cuando queremos contraer un músculo, el nervio envía una señal eléctrica y libera acetilcolina (Ach), que al llegar a la membrana de la fibra muscular le cambia el potencial eléctrico: la despolariza.


Esa despolarización provoca dos cosas:
     -que el retículo sarcoplásmico libere calcio  
       dentro de la fibra muscular
     -que se abran los canales de la membrana 
       para que entre calcio
y es ese calcio el que hace que el músculo se contraiga. ¿Cómo? El calcio se une a una proteína que hay encima de la actina y permite que la actina y la miosina se deslicen entre sí: el músculo se ha contraído.
















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