Disco intervetebral

Os enseñamos uno de los elementos que podéis encontrar en nuestra "estantería de anatomía": el disco intervertebral.

Como os adelantábamos en facebook, hemos creado un espacio donde podéis ver, tocar e investigar acerca de varias estructuras anatómicas.







Hoy os presentamos dos vértebras con su disco intervertebral, la médula espinal y las raíces nerviosas que salen a ambos lados.

El disco intervertebral es una sustancia gelatinosa rodeada por un anillo fibroso que sirve para amortiguar las fuerzas de presión que se ejercen sobre la columna. 

Si presionas suavemente una vértebra contra la otra verás cómo el disco se deforma. Esto ocurre en cualquiera de las direcciones y permite que nuestra columna no se comporte como un palo rígido sino como una estructura flexible que puede realizar los movimientos que necesita hacer nuestro cuerpo en el día a día. 



Si presionas con más fuerza verás que el disco se deforma hacia afuera, incluso si el anillo fibroso que lo protege se rompiera llegaría a salirse. 
Estaríamos ante una protusión (si se abomba) o una hernia discal (si se sale). Esto puede ocurrir si en lugar de inclinarnos o flexionarnos de forma saludable ejercemos una presión constante sobre las vértebras, por ejemplo si permanecemos muchas horas al día sentados con las lumbares abombadas hacia atrás o si siempre cogemos los pesos en mala posición de las lumbares. Esa presión constante acaba dañando el disco y puede derivar en una protusión o hernia, que si llega a tocar la raíz del nervio provocará dolor, hormigueo o incluso pérdida de fuerza en los brazos (si el problema está en las vértebras cervicales) o las piernas (si está en las lumbares).

Recuerda: el movimiento es necesario pero hay que hacerlo bien.












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